Este libro lo escribí pensando en otros padres, al recordar lo difícil que fue para nosotros no saber qué era lo que le pasaba a nuestro hijo y la soledad tan terrible que experimentamos los primeros años de su vida. Cristian tuvo un diagnóstico tardío, tenía casi dieciséis años cuando supimos el porqué de todos los comportamientos que no entendíamos, o de los enfrentamientos constantes y de aquella falta de retención en los aprendizajes que se le trasmitían una y otra vez.

Expresado con una total claridad de sentimientos, hablo de aciertos, de fracasos y de esa agresividad que crecía a la par que nuestro hijo, cuyo porqué tenía mucho que ver con la enorme frustración que le hacíamos sentir al ignorar sus características TEA.

Entre sus páginas encontraréis una muestra de la lucha y del sufrimiento que ocasiona, en el hogar, no saber encarar dichas características y de cómo la falta de información y de formación de los padres puede afectar negativamente a los hijos.

Desde su publicación en 2009, han sido muchas las personas que me han comentado lo mucho que les ha ayudado leer nuestra historia. Se han identificadas con ella y les ha hecho sentir que no estaban solas en esta carrera de fondo que es la convivencia con un hijo con TEA. Ese era el objetivo principal de este pequeño libro que espero llegue allá donde se le pueda necesitar.